Un tema que ha estado rondando últimamente en los medios, es el scaneo del iris a cambio de criptomonedas. El hecho de que el scaneo del iris sean datos biométricos tan importantes como las huellas digitales, plasma una duda de la seguridad de los datos y su usos.
Luego de descargar la aplicación y sacar turno, las personas dejan que scaneen su iris y lo convierten en un código alfanumérico. La explicación de la empresa es crear una base de datos que en un futuro permita distinguir de una persona humana de otra creada con intelogencia artificial.
El asunto es que no está claro en ninguna de las etapas de cuál es el objetivo y sus limitaciones en el uso de datos privados. A diferencia de una contraseña generada por el usuario, los datos del iris no puden ser cambiados por los mismos y que una empresa sea dueña de estos datos es un atentado a la privacidad.
Si bien la idea es no compartir o dar a conocer datos personales, estos datos biométricos siguen siendo únicos y están en mano de empresas.
Se utiliza el pago en criptomonedas a quiénes acepten esta intervención. Muy tentador en países cuya economía está pendiendo de un hilo.
Si bien el objetivo de Worldcoin parece tener sentido, el proceso, la centralización de datos y la poca claridad del uso de datos, debería mantenernos alertas y entender que aspectos como la descentralización, seguridad y democracia no están incluídos en este proyecto, sólo el uso de criptomomendas y no es suficiente para establecer seguridad en los datos de los usuarios.
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