Existen muchos tipos de fraude, como el ciberfraude, las estafas por correo y el robo de identidad. Estos métodos cambian y evolucionan constantemente.
Esto se debe a que los estafadores son muy hábiles inventando nuevas formas de obtener lo que quieren de las personas, directa o indirectamente, ya sea información personal como datos bancarios o dinero mediante pagos y donaciones falsificados.
Es importante recordar que cualquiera puede ser víctima de un fraude. A continuación, enumeramos algunos de los tipos de fraude más comunes.
Fraude de identidad
El fraude de identidad se produce cuando alguien suplanta tu identidad, incluyendo datos personales como tu nombre, dirección, fecha de nacimiento y otra información de contacto, y la utiliza de forma fraudulenta. Por ejemplo, pueden solicitar préstamos, pagar bienes a crédito o abrir una cuenta bancaria a tu nombre. También pueden utilizar tus datos para estafar a otras personas.
Las víctimas de fraude de identidad generalmente no saben que han sido estafadas hasta que el dinero sale de su cuenta, se les niega el crédito o un tercero las contacta para solicitar pagos que no realizaron.
Fraude romántico
El fraude romántico ocurre cuando conoces a una nueva pareja en línea a través de una aplicación de citas o redes sociales y crees que tienes una relación seria. En realidad, esa persona es un delincuente fraudulento que usa un nombre y perfil falsos para construir una relación contigo.
Luego, usan esta conexión para persuadirte de que les des dinero, reveles información personal o realices transacciones en línea por ellos. Las víctimas de fraude romántico se han vuelto cada vez más comunes con el auge de las citas por internet.
Sextorsión
Si eres víctima de fraude romántico, también podrías ser víctima de sextorsión, aunque no necesariamente. La sextorsión ocurre cuando los delincuentes crean un perfil falso en línea a través de redes sociales y aplicaciones de citas, luego contactan a personas y las persuaden para que realicen actos sexuales en línea, sin saber que están siendo grabadas.
Los delincuentes utilizan estas fotos o vídeos para chantajear a la persona para que les envíe dinero, amenazando con compartir las imágenes con amigos, familiares o compañeros de trabajo si no cumplen.
Fraude en inversiones y pensiones
El fraude en inversiones y pensiones puede ocurrir cuando un tercero no solicitado contacta a la víctima y la invita a invertir en un producto o plan de pensiones, o a cobrar su pensión anticipadamente. Esto puede hacerse por correo electrónico, llamada telefónica o correo postal.
Sin embargo, también es común que las personas se conviertan en víctimas cuando buscan activamente oportunidades de inversión.
Los estafadores suelen tener un sitio web de aspecto profesional y utilizan documentos de aspecto profesional. Considere consultar la herramienta en línea de la Lista de Advertencias de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) y el Registro de Servicios Financieros de la FCA.
Phishing y smishing
El phishing y el smishing son tipos de fraude digital en los que los estafadores contactan a las víctimas inesperadamente a través de correos electrónicos no deseados (phishing) y mensajes de texto (smishing) e intentan que revelen información personal. Esto podría incluir contraseñas, datos bancarios u otra información de la cuenta que les permita acceder al dinero o la identidad de la víctima.
Fraude en redes sociales
El fraude en redes sociales se produce cuando los delincuentes utilizan plataformas como Facebook, Instagram y TikTok para dirigirse a las víctimas con anuncios, sitios web o invitaciones falsos. También pueden piratear los perfiles de redes sociales de amigos y utilizarlos para enviar a las víctimas enlaces a sitios web fraudulentos.
Aunque la mayoría de los compradores y vendedores son legítimos, los estafadores a veces utilizan plataformas de compra como Facebook Marketplace para dirigirse a víctimas desprevenidas. Por ejemplo, es común que los compradores paguen un artículo, pero no lo reciban.
Fraude de donaciones a organizaciones benéficas
Existen dos tipos de fraude a organizaciones benéficas. Uno es cuando los delincuentes se hacen pasar por coleccionistas o recaudadores de fondos para una organización benéfica conocida, sin intención de transferir dinero a la propia organización. Otro es cuando se crea una organización benéfica o un sitio web de recaudación de fondos falso, animando a las personas a donar a una buena causa cuando, en realidad, los fondos están siendo embolsados por delincuentes fraudulentos.
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