Francesc Gómez Morales
En España, existen dos tipos de psicólogos sanitarios, los Psicólogos General Sanitarios "PGS" (que se forman a través del Máster Universitario de Psicología General Sanitaria) y los Psicólogos Especialistas en Psicología Clínica "PEPC" (que se forman a través del programa PIR - Psicólogo Interno Residente). Solo los segundos, los PEPC, pueden trabajar en los Servicios de Salud Mental del Sistema Público de Salud.
La ley dice que los PGS deben ejercer su función "siempre que dichas actividades no requieran una atención especializada por parte de otros profesionales sanitarios” (Orden ECD/1070/2013). Es decir, "su actuación profesional (de los PGS) no debe invadir el ámbito de los profesionales sanitarios especialistas (psicólogos clínicos y psiquiatras, especialmente)" (Echeburúa et al., 2012).
Para que se entienda: sólo los psicólogos clínicos (PEPC) pueden dar tratamiento psicológico y solo ellos pueden trabajar en servicios públicos de salud mental. Punto.
Bien, hagamos algunos números:
Actualmente hay 8760 psicólogos clínicos (PEPC) (fuente).
Un 34% de los españoles reconoce tener un problema de salud mental. El 27% toma medicación (fuente).
Por tanto, hay unos 13 millones de personas tomando medicación psiquiátrica y que, en teoría, deberían tener algún tipo de atención de psicología clínica especializada, proporcionada por los psicólogos clínicos (PEPC) y no por los PGS.
Esto hace 1500 personas por psicólogo clínico (PEPC).
Hemos de contar que no todos los PEPC están dedicados a la clínica, algunos se dedican a labores administrativas y de gestión y, lo más grave, hay bastantes en situación de incapacidad temporal. De los que se dedican a labores asistenciales, pongamos que ofrecen unas 20 horas de terapia a la semana de media. De las 52 semanas que tiene el año, en el mejor de los casos trabajan 45.
Supongamos que el 80% de los PEPC están en labores asistenciales (es decir, no están de baja ni haciendo otras tareas). Eso nos da 8760 PEPC x 80% x 45 semanas x 20 horas/semana = 6.3M de horas de atención psicológica especializada. Es decir, por cada español tomando medicación psiquiátrica hay disponibles unos 30 minutos AL AÑO de Psicólogo Clínico en el Servicio de Salud Mental del Sistema Público de Salud.
Hagamos los números de otra manera. De media una intervención psicológica en Salud Mental requiere de 15 sesiones (fuente). Por tanto, con las asunciones anteriores calculo que los PEPC pueden atender al año, en el mejor de los casos, a unas 400.000 personas. Esto parece mucho, pero es solo el 3% de los españoles tomando medicación psiquiátrica.
Ahora lo vamos a comparar con el cáncer. Cada año hay unos 260.000 tumores en España (fuente) y tenemos a 1613 oncólogos (fuente). Por tanto, 161 pacientes por oncólogo. Comparemos esto con los 1500 españoles tomando medicación psiquiátrica por cada psicólogo clínico (PEPC). ¿Es comparar peras con manzanas? Pues sí, pero al final la fruta es la fruta y a uno le tocan 161 peras al año y al otro 1500 manzanas al año.
Esto es numéricamente insostenible. Por eso en la práctica muchos PGS ofrecen servicios de psicología clínica en la sanidad privada, aunque por ley no deberían. No solo eso, hay todo tipo de psicólogos sin acreditación sanitaria dando terapias a personas con problemas que requerirían de un especialista (es decir, profesional no sanitario atendiendo problemas de salud). Y no solo eso, hay un número abrumador de coaches, gurús, sanadores y terapeutas de toda índole ofreciendo servicios a personas que necesitarían atención psicológica profesional (es decir, personas que no están tituladas en Psicología que dan servicios psicológicos). Un despropósito absoluto que no se da en ninguna otra especialidad de salud.
¿Qué respuesta damos a todo ello desde el Estado? Pues 274 nuevos PIR para el 2025, que hasta el 2029 no serán PEPC. Traducido: El Estado renuncia (de facto) a que los problemas de salud mental sean tratados en el Sistema Público de Salud, dejando a las personas afectadas a merced de iniciativas privadas, psicólogos bienintencionados sin acreditación sanitaria y la miríada de pseudo-psicólogos aprovechando que la situación es de desborde absoluto. Para otro día queda la reflexión de que la mayoría de personas afectadas por pseudo-terapias son precisamente las más vulnerables socioeconómicamente. Y todo esto después de que el Presidente del Gobierno anunciara que la Salud Mental era un tema prioritario. ¡Imagínate si no lo fuera!
Lo peor de todo es que mientras los psicólogos clínicos se pelean por ver quién puede trabajar en la Sanidad Pública y quién puede dar qué tratamientos, el año pasado hubo 3.952 personas que se suicidaron en España. Para otro post queda el discutir por qué 4000 fallecidos tienen un plan de 100 millones de euros y 55 fallecidas por violencia doméstica tienen un Ministerio con un presupuesto de 600 millones. De nuevo, peras y manzanas, pero las peras van a 25.000€ la unidad y las manzanas a 11 millones de euros cada una.
Unos 13.000 psicólogos se gradúan cada año en España (fuente) pero sólo el 2% podrán trabajar como psicólogos clínicos y solo otro 4-8% podrán acreditarse como psicólogo general sanitario. Es decir, más del 90% de las personas que acaban el Grado de Psicología no puede acreditarse como profesionales sanitarios. No tiene sentido. Y eso lo sufren los más vulnerables, que son depredados por personas sin escrúpulos que ofrecen pseudoterapias aprovechando la total infra-atención de la salud mental de los españoles.
No hay pan para tanto chorizo.
Referencias
Echeburúa E, Salaberría K y Cruz-Sáez S. (2012). Funciones y ámbitos de actuación del Psicólogo Clínico y Psicólogo General Sanitario. Behavioral Psychology / Psicología Conductual, 20(2), 423-435
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