En 1999, mientras el mundo temía que el Y2K colapsara internet, nuestro equipo creativo en Medellín estaba obsesionado con una idea: diseccionar el código HTML de las páginas web para entender cómo funcionaban por dentro. No éramos programadores — éramos creadores de contenido, diseñadores y storytellers que habíamos encontrado una forma de darle vida a nuestras ideas en la naciente web. Juntos, desarrollamos un método simple pero efectivo: descargar el código HTML, estudiar los...