Mariana siempre había soñado con hacer crecer su pequeño negocio de repostería artesanal. Tenía clientes fieles, pero sabía que necesitaba dar un salto digital. Pensó en crear una aplicación móvil, pero pronto se topó con la dura realidad: los costos de desarrollo eran altos, las actualizaciones complicadas y la compatibilidad con diferentes dispositivos, un dolor de cabeza.
Frustrada, estuvo a punto de abandonar la idea, hasta que en una charla casual con un amigo programador escuchó por primera vez el término: PWA — Progressive Web App.
Mariana dudaba. ¿Cómo una aplicación “que en realidad era una web” podía competir con las de una tienda oficial? Imaginaba a sus clientes queriendo descargar algo “real” desde la App Store o Google Play, no desde un navegador.Sin embargo, comenzó a investigar y descubrió que una PWA combina lo mejor de ambos mundos:
Se instala como una app en el teléfono.
Funciona incluso sin conexión.
Consume menos recursos que una aplicación tradicional.
Ese descubrimiento encendió una chispa de esperanza, aunque todavía no estaba segura de si era el camino correcto.
Mientras estudiaba, Mariana fue entendiendo:
Concepto: una PWA es un sitio web optimizado que puede instalarse en dispositivos móviles y comportarse como una app nativa.
Aspectos clave:
Responsive (se adapta a cualquier pantalla).
Funciona offline con Service Workers.
Se actualiza automáticamente.
Se puede agregar al inicio como un ícono de aplicación.
Menor costo de desarrollo.
Una sola base de código para todos los dispositivos.
Experiencia fluida para el usuario.
No depende de tiendas de apps.
Algunas funciones de hardware no están disponibles.
Menor visibilidad en tiendas de aplicaciones.
En ciertos dispositivos, la integración no es tan completa como una app nativa.
Descubrió ejemplos poderosos:
Twitter Lite, una PWA que reduce el consumo de datos hasta en un 70%.
Starbucks, que logró llegar a clientes en lugares con conexión limitada.
El proceso para ella fue revelador:
Crear un sitio web optimizado.
Implementar un manifest.json (para que se pueda instalar en dispositivos).
Configurar un Service Worker (para cache y modo offline).
Hospedar el proyecto en un servidor seguro con HTTPS.
Hardware: un smartphone básico, computadora para desarrollar y conexión a internet.
Software: navegador moderno, un editor de código, servidor web y certificado SSL.
Mariana creó DulceClick, su propia PWA. Ahora sus clientes podían pedir desde cualquier dispositivo, incluso con mala conexión. En lugar de gastar miles en una app, su inversión fue mínima, y su alcance creció exponencialmente.
Mariana comprendió que una PWA no era solo un recurso técnico, sino un puente entre sus sueños y sus clientes. La barrera que antes parecía infranqueable se convirtió en una oportunidad de expansión accesible y poderosa.
Al mirar atrás, sonríe: no necesitaba una aplicación “perfecta”, necesitaba la herramienta adecuada en el momento correcto.
Para más información:
https://www.frexus.dev/post/introduccion-a-las-progressive-web-apps-pwa/

Frexus
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