Hace un tiempo atrás era de los que pensaba que uno tenía o no fuerza de voluntad, eso es lo que me habían vendido y enseñado desde chico.

El tener o no fuerza de voluntad era lo que hacía que cada intento mío por bajar de peso terminará en un efecto rebote llegando a pesar más que antes, la excusa era que yo no tenía fuerza de voluntad.

Leyendo por la web me encuentro con significados como “La fuerza de voluntad es el impulso interno que nos lleva a vencer los obstáculos y a lograr nuestras metas” o “La fuerza de voluntad es simplemente tu habilidad para definir un rumbo e iniciar tu camino.”

En parte les encuentro razón, dan a entender que la fuerza de voluntad es lo que te hace moverte para lograr un objetivo, pero son pocos los que te señalan que es algo que se gasta.

La fuerza de voluntad es como esas pilas o baterías recargables que en la actualidad son muy utilizadas en todos los dispositivos que tienes a tu alrededor, en mi caso, las encuentro en mi teléfono, en el mouse inalámbrico que utilizo e incluso en las lámparas solares de mi jardín.

Es por esto que a todos los que me decían que yo tenía una gran Fuerza de Voluntad para bajar de peso y ellos no, les respondía que lo que tenía más claro era el objetivo de bajar de peso y por sobre eso, el objetivo de mejorar mi salud y lograr vivir por más tiempo y mejor.

Eran esos objetivos los que hacían que mi Fuerza de Voluntad se recargara día tras día, y en los momentos en que fallaba y se me agotaba antes, eran esos mismos objetivos los que hacían que volviera a tomar el rumbo.

¿Tu, sientes que te falta fuerza de voluntad para lograr los objetivos que te has propuesto?

Como siempre estoy atento a tus dudas a través de los Comentarios de este post. No dudes en compartir este artículo en tus redes sociales, te lo agradecería un montón