En un mundo donde las notificaciones, las reuniones y el ruido urbano nunca se detiene, el silencio se ha convertido en un lujo casi inalcanzable. El silencio y el ruido forman parte de la vida desde siempre. Pero a medida que el progreso ha ido evolucionando, el ruido ha ido incrementando, y cada vez se hace más difícil escuchar el silencio, a tal punto de preguntarnos ¿qué impacto tiene esta ausencia en nuestra salud y bienestar?
El silencio es fundamental para nuestra salud porque nos permite alejarnos del ruido constante y del exceso de información que afecta nuestra salud mental, emocional y física (Carril, 2021). Reducir los estímulos externos favorece la relajación, disminuye el estrés, mejora la concentración y potencia la creatividad; Además, nos invita a reflexionar, fortaleciendo la conexión con nosotros mismos y promoviendo un equilibrio emocional. Desde el punto de vista fisiológico, el silencio puede reducir la presión arterial, estabilizar el ritmo cardíaco y facilitar un descanso más profundo, lo que contribuye a una vida más saludable y equilibrada (García, 2024).
Por otro lado, como lo destaca Leoncio-Taipe (2016), el silencio nos ayuda a ordenar nuestros pensamientos y nuestras palabras para hablar mejor y expresar las ideas de un modo más armonioso, coherente, oportuno y pertinente, permitiendo un aprendizaje más dialógico y relevante, como muestra la Figura 1, basada en el artículo de Leyva-Moral (2007), el silencio tiene un impacto significativo para el desarrollo eficiente de habilidades cognitivas, como la atención, la memoria y el pensamiento crítico; elementos clave para el desempeño en diversos contextos, desde el aprendizaje hasta la interacción social.
La figura 1 ilustra cómo el silencio contribuye a mejorar la toma de decisiones al permitirnos reflexionar de manera más profunda y objetiva, favoreciendo una resolución de problemas más clara y eficiente. No obstante, el silencio no solo es un escape, sino una forma activa de reconexión con las maravillas que nos regala el mundo.
Nota. Silencio organizacional. Revisión bibliográfica de las razones y consecuencias del silencio en el trabajo. Caso de estudio de Index de Enfermería, 2007.
Es importante recordar a los filósofos de la antigua Grecia, quienes afirmaron que el primer nivel de sabiduría consiste en saber callar; el segundo, en hablar con mesura y moderación; y el tercero, en saber expresarse con abundancia sin caer en excesos ni en palabras hirientes. Sin duda, este enfoque no solo tiene implicaciones filosóficas, sino también para la salud, ya que el silencio y la moderación en la comunicación pueden reducir los niveles de estrés y ansiedad, mientras que la expresión descontrolada o agresiva puede generar conflictos emocionales y afectar negativamente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . la salud mental y cardiovascular (Marina, 1994).
Según Cárdenas-Alayo (2015), el ruido afecta a las personas de diversas maneras, provocando alteraciones en la audición, en el sistema nervioso autónomo, la comunicación verbal, el sueño y el rendimiento. Al actuar como un factor estresante, la exposición prolongada al ruido impone una carga adicional al organismo, lo que incrementa el consumo de energía y un mayor desgaste físico.
Hoy en día, estamos rodeados de un sinfín de estímulos: notificaciones, anuncios, conversaciones y en particular ruido. Este flujo continuo de información y sonidos impacta de una manera significativa a nuestro cerebro. Al igual que un sistema saturado de datos, nuestro cuerpo y mente llegan a un punto de colapso, donde emergen consecuencias como el estrés crónico, la ansiedad y la fatiga mental. Sin embargo, el silencio, lejos de ser vacío, se convierte en una especie de “reinicio” para nuestro cerebro, disminuyendo la actividad cerebral excesiva y favoreciendo la recuperación y el equilibrio neurofisiológico (Migliaccio, 2023).
En un mundo cada vez más ruidoso y sobrecargado de información, se destacan diversas investigaciones que han demostrado que la exposición constante al ruido puede elevar los niveles de cortisol, la cual es la hormona del estrés, lo que conduce a problemas de salud como hipertensión. Trastornos del sueño y alteraciones del sistema inmunológico.
Por otro lado, según Motta-Sánchez (2019), la infoxicación es el estado de sobrecarga causado por el exceso de información, el cual dificulta el proceso, la comprensión y la toma de decisiones efectivas, provocando menor capacidad de concentración. En medio de todo esto, el silencio emerge no una desconexión, sino como una herramienta activa para restaurar la salud mental, reducir la ansiedad y mejorar la capacidad de tomar decisiones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el ruido es la principal fuente de incomodidad ambiental en los países industrializados, donde se destaca que millones de jóvenes están en peligro de experimentar pérdida auditiva por el uso indebido de dispositivos de audio personales y la exposición prolongada a niveles de ruido.
A su vez, diversas investigaciones han demostrado que el silencio tiene efectos medibles en la salud física y mental; Incorporar momentos de silencio en la rutina diaria es posible y puede tener un impacto positivo en el bienestar general, así como lo resalta el estudio de los científicos Elías-Hernández et al (2024), donde la práctica a largo plazo del silencio se asocia con el fortalecimiento de las conexiones que existen entre las regiones cerebrales relacionadas con procesos emocionales que se denominan de autocontrol (Figura 2). Estas interconexiones están relacionadas con los efectos a largo plazo del silencio mental.
Un ejemplo práctico de cómo el silencio puede contribuir al bienestar se observa en situaciones cotidianas. Imagina a una persona que, después de un día agitado de trabajo, se toma unos minutos de silencio en su hogar, lejos del ruido y las distracciones. En ese breve espacio de tiempo, al desconectar del ajetreo, puede experimentar una sensación de calma y claridad mental, lo que le permite reducir el estrés y mejorar su estado emocional. Este pequeño acto de silencio no solo proporciona un respiro, sino que favorece la reconexión con uno mismo; elemento fundamental para mantener un equilibrio emocional y físico. Este tipo de pausas silenciosas en la rutina diaria es una forma sencilla pero efectiva de incorporar el bienestar.
Nota. Áreas entre las que se comparó el conectado de materia blanca entre meditadores y no meditadores. Caso de estudio de Elías-Hernández et al , 2024 .
Está claro que, aunque el mundo moderno esté lleno de ruido, podemos encontrar espacios de silencio en nuestra vida cotidiana. Ya sea en un paseo tranquilo por el parque, unos minutos de meditación al despertar, o simplemente apagando el teléfono durante un rato. Estos momentos pueden ayudarnos a restaurar nuestra salud mental y emocional; Es crucial actuar de inmediato para no solo reparar los daños actuales, sino también garantizar que el silencio sea un aliado porque el ruido no solo contamina el entorno, también deteriora nuestra salud.
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Zaidy Olaya
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